• Estimularse sexualmente.

• Estimular sexualmente a una niña, niño o adolescente.
• Estimular sexualmente a otra persona.
También puede suceder entre un/a adolescente y una niña o niño más pequeña/o.

Se considera siempre un sometimiento, independientemente de si la chica o el chico entienden lo que está pasando, e incluso cuando no muestre signos de rechazo. También puede pasar que la persona adulta manipule a la niña o al niño haciéndole creer que se trata de manifestaciones de afecto. Puede suceder con o sin contacto físico, aunque no haya lesiones. Incluye:
• Exhibicionismo, juegos sexuales, espiar la intimidad, exhibir material pornográfico o fotografiarlos en poses sexuales.
• Manoseos, frotamientos y besos sexuales, instar a que niñas o niños tengan conductas sexuales entre sí y la penetración sexual o su intento por vía vaginal, anal y bucal, aun cuando se introduzcan dedos u objetos.

Puede ser un hecho aislado o darse de forma continuada, y ser cometido por alguien de la familia o del entorno cercano de la niña o niño, o por un desconocido.

¿QUÉ IMPACTO TIENE?
El abuso sexual en la infancia y la adolescencia genera un fuerte impacto a nivel emocional y psicológico en las víctimas (angustia, depresión, ansiedad) y puede provocar lesiones, generar infecciones y enfermedades de transmisión sexual y VIH, y tener como consecuencia un embarazo precoz y una maternidad forzada.

Hay señales que son específicas del abuso sexual, como, por ejemplo:
• El relato de la niña o el niño o de una tercera persona sobre el abuso sexual.
• Lesiones en zona genital y/o anal.
• Enfermedades de transmisión sexual.
• Ropa interior rasgada o manchada.
• Embarazo en adolescentes menores de 15 años.

Hay otras señales emocionales o del comportamiento a las que se les debe prestar atención:
• Conductas hipersexualizadas en edades tempranas.
• Conocimiento inapropiado para la edad acerca de la sexualidad que se manifiesta mediante juegos sexuales, conductas y lenguaje sexualizados.
• Trastornos de la alimentación.
• Cambios repentinos de conducta, retraimiento social, aumento de las pesadillas, terrores nocturnos, temores intensos, depresión, angustia y ansiedad.
• Rechazo a quedarse solas/os con una persona en particular.
• Fugas del hogar, conductas violentas de riesgo para su integridad física, autolesiones, intentos de suicidio.