El hecho en sí, lo considero desagradable y repudiable. Sin embargo, me espanta mucho mas que aún pesando sobre él, denuncias por posibles abusos de poder y acoso sexual a menores de edad, haya sido igualmente tenido en cuenta para conformar una lista en las elecciones y alcanzar un lugar tan importante en representación de una provincia, en el Congreso de la Nación. Me parece contradictorio que estando tan de acuerdo en el repudio generalizado, la comisión no haya decidido inmediatamente dejarlo sin su cargo ante sus faltas, y en cambio permitieron que él renuncie, posterior a desfilar por programas televisivos tratando de justificarse.
También me preocupa muchísimo el doble discurso de referentes, dirigentes y colegas legisladores, que comenzaron a pedir su renuncia pero que se hacen los distraídos ante la denuncia de abuso sexual que pesa sobre José Jorge Alperovich, senador y tres veces ex gobernador de la provincia de Tucumán, por parte de su sobrina y ex empleada, sin que siquiera se lo suspenda hasta que la justicia pueda expedirse sobre la causa.
Y además considero gravísimo, que en medio de toda esta vorágine mediática sobre esta escena desubicada e irresponsable, -que nos vuelve a dejar frente al mundo con una imagen degradada y empobrecida de valores por nuestras instituciones-, se evidencie que tenemos representantes que no tienen idea de lo que están sancionando, porque deciden los destinos de nuestro país mediante las leyes que crean, y es realmente aterrador que lo hagan sin prepararse para tamaña responsabilidad.
Párrafo aparte para subrayar que es el legislador el que tiene el cargo y quien comete el acto. ¿Por qué entonces rápidamente se suben fotos sensuales de su pareja y se hacen juicios sobre ella?. Esa típica forma de proceder por parte de un sector social machista, que pretende medir la actitud deplorable de un hombre dependiendo el estereotipo de la mujer involucrada.
Repudiemos, sí. Pero reflexionemos más allá de eso. Si nuestra vida se rige por principios éticos que hoy nos llevan a rechazar este tipo de actos, sostengamos esa misma línea para posicionarnos ante cada acto de injusticia, de desaprobación, de decadencia, sin que miremos primero el color partidario de quien lo comete. Seamos críticos de la realidad, con esa seguridad y solvencia con la que hoy desde todos los sectores salimos a repudiar este hecho.
La grieta debe ser entre los que queremos trabajar para beneficio de la ciudadanía, cumpliendo con los deberes y compromisos que hemos asumido, y aquellos que utilizan ese lugar para beneficios propios, para violar las normas impunemente, que no son dignos de llevar adelante el privilegio de representar a quienes le dieron ese lugar.
