El Reloj de María Grande, erigido en 1949, se alza como el símbolo distintivo de la ciudad. Su imponente presencia en las intersecciones de las Avenidas Argentina, Córdoba y San Martín lo convierte en un referente visual frente al edificio municipal.
Construido con colaboración de la comunidad, el reloj es más que un marcador de tiempo; es una obra de arte en constante evolución. Es un emblema de la ciudad, un punto y lugar de referencia, una de las postales representativas de María Grande, que se ha convertido en ciudad turística y de reconocido desarrollo y crecimiento.