Terminé de cursar.
Fue en el año 2017 cuando fui ingresante de la carrera universitaria del Profesorado de Educación Primaria con Orientación Rural, perteneciente a la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Entre Ríos. Mi sede fue la Escuela Almafuerte, de la localidad de La Picada. Una institución cargada de conexiones que hicieron de mí poder elegirla para el momento de mi inscripción. Fue así como Almafuerte estiró un brazo, me acobijó y me resguardó. En este adentrar empecé a cursar y a vivir allí, en la residencia estudiantil, a partir de ese año. En esta casa de estudios, se desarrolló un espacio que me permitió formarme, educarme y luego así adquirir varios conocimientos a través de las distintas cátedras de la carrera compartidos por profesores/as y compañeros/as. En este hogar, conocí a esta gente agradable y bondadosa: los/as profesores/as y compañeros/as antes mencionados y también preceptores/as, directoras, cocineros/as, estudiantes de la Educación Secundaria, en los/as que compartí con ellos/as el diario vivir en esta institución. Durante esta cotidianeidad con todos/as ellos/as los mates, las charlas, los vínculos afectivos con ellos/as nunca faltaron. En conjunto armamos esta historia que contamos y aún nos queda por contar durante los años que tenemos en nuestras vidas. Pasarán decenas de años y aun así seguirá memorable esta historicidad que entretejimos en este diario.
Estoy muy satisfecho de dejar mi sello en esta institución deseada. Almafuerte dejó en mí una gran conexión significativa de esta historia y va conmigo para todos lados… Almafuerte fue, es y siempre será mi refugio deseado…
La Escuela Alberdi también forma parte también de esta aventura como cursante de la carrera. Pues este año, empecé a cursar allí las prácticas. Vale aclarar que fue porque que estaba matriculado como único inscripto durante las últimas prácticas en Almafuerte. Tiempo después debí cursar dos materias allí.
En Alberdi también conocí grandes personas: profesores/as, compañeros y compañeras de los cuales formamos una amistad bárbara. Con los últimos hemos compartido grandes momentos; salidas a eventos, juntadas en donde el asado nunca faltaba, las tardes de mates, charlas y risas, la contención que mantuvimos «el uno al otro»…
Quiero aprovechar para agradecer a todas las personas que durante todos estos años siempre me alentaron a seguir adelante, con sus palabras de aliento de “vos podés”, “tu mamá está orgullosa”, “serás un gran docente”, etc. que fueron para mí como una inyección de fortaleza en el andar de este camino universitario.
Agradecer a mis amigos y amigas de siempre, que son lo valioso que tengo. Que siempre están en cada momento conmigo; en las buenas y en las malas. Nunca están ausentes sus palabras valiosas que me ayudan a salir de lo “polarizado”. Hasta el día de hoy hacen que sea resistente en este camino y en general en todo.
Agradecer a mis familiares por cada contención, por también hacer un pequeño esfuerzo para que siga cursando, para que llegue a hasta este último tramo…tampoco fue fácil para ellos pero acá están saliendo los frutos de sus huellas.
¡Gracias Fhaycs, gracias UADER!
Ahora a rendir finales…. ¡Me restan 4 cátedras para la graduación!
